miércoles, 25 de marzo de 2009

Animación a la lectura


El seno familiar es el espacio en donde se debe motivar a los niños despertándoles el interés por buscar con ilusión y alegría momentos para disfrutar con la intriga, la diversión y el entretenimiento, desarrollando así su creatividad; es decir, es el elemento natural para despertar el gusto por la lectura y la creación de hábitos lectores.

Te has preguntado alguna vez…

- ¿Qué debo hacer para que mi hijo/a lea?


- ¿Cómo puedo inculcarle hábitos lectores?


- ¿Qué recursos pueden ayudarme a lograr que mi hijo/a no lector/a, o lector/a a regañadientes, adopte hábitos de lectura?

¿Qué es la animación a la lectura?

Precisemos que leer consiste en interpretar la palabra escrita para construir su significado y que Animación a la Lectura es el conjunto de acciones encaminadas a despertar o fortalecer el interés por los materiales de lectura y su utilización cotidiana, no solo como instrumentos informativos o educativos, sino como fuentes de entretenimiento y placer.


Hemos de ser conscientes de que los padres somos los primeros promotores de la lectura y hemos de sembrar de forma temprana el amor hacia los libros. Debemos pensar sobre la existencia o no de libros en casa, sobre donde se colocan y cuidan, el tiempo que dedicamos habitualmente a la lectura, etc.


Estas cuestiones van encaminadas a buscar nuestros propios hábitos lectores ya que los niños tienden a imitar el comportamiento de los adultos. El que ve leyendo a sus padres, exigirá un libro para sostenerlo delante de su nariz y jugar a que él también comparte la placentera experiencia de la lectura.


¡Siempre es un buen momento para la lectura!, potenciemos el hábito de leer antes de acostarse, quedándose dormido con un libro entre las manos.

Un libro para cada edad

Es importante saber qué libros corresponden a los distintos estadios de su maduración intelectual y psicológica. A los niños autónomos como lectores (6-8 años), se recomiendan textos sencillos, ágiles, que no se regodeen en extensas explicaciones o descripciones, donde la acción sea lo fundamental.


Puesto que la fantasía es muy atractiva para ellos, conviene poner a su alcance los cuentos de hadas y de animales personificados, las leyendas y mitos, las historias llenas de absurdos y de imaginación. La fantasía alternará con la realidad, siendo recomendable unas buenas dosis de humor.

Sugerencias para los padres

- Para crear el hábito lector en nuestros hijos, el gusto por la lectura, debemos empezar por contar cuentos; es uno de los recursos de mayor eficacia para lograr que el niño/a se sienta atraído por la literatura y por los libros. Cuando escuchan cuentos con regularidad, suelen despertarse en ellos el deseo de leer por sí mismos.


- Una vez que aprenden a leer es importante acompañarles y compartir con ellos esa aventura. Los padres deben estar cerca, brindando su apoyo y estímulo al nuevo lector, explicando las palabras difíciles que aparecen en el texto, comentando su contenido relacionándolo con las experiencias vitales y sentimientos del pequeño lector.


- Es recomendable que, si van a leer un cuento, por ejemplo, lo hagan juntos, entre los dos. Esa co-lectura en voz alta, alternándose fragmentos del relato, es muy estimulante para el niño/a, que se siente seguro y retado a sortear las dificultades del desciframiento de los signos de la escritura.


- Es necesario, por lo tanto, hallar un tiempo, aunque sea pequeño, para dedicarlo cada día a la lectura. Seleccione un sitio grato, acomódese en él, acompañado de su hijo/a. Y juntos a gusto, lean algún libro, revista periódico, cómics,…; bien sea de forma individual o colectiva. Lo importante es que la lectura se asocie a sensaciones de armonía, seguridad, calidez y placer.

Recuerda

La lectura tiene que ser incorporada a las costumbres del niño como un acto voluntario, como algo que se realiza por placer. Nada se conseguirá tratando de que lea mediante prohibiciones (“si no lees no te dejaré salir a jugar” o “¡ponte a leer o no tendrás televisión!”); con estas amenazas lo único que lograremos será que el niño/a rechace de pleno la lectura y que la sienta como una tortura o una obligación.

Algunas consideraciones finales

Para contribuir a que tu hijo/a guste de la lectura, ten presente y pon en práctica las siguientes recomendaciones:


- El libro debe ser visto en el hogar como un objeto valioso, preciado, importante. Utiliza libros como premio, como regalo para estimular al chico/a.


- Nunca compares las habilidades de tu hijo/a como lector con las de otros niños que a su juicio lean más rápido y mejor. Cada lector tiene su ritmo y sus peculiaridades.


- No interrumpas al niño/a cuando lean en voz alta para hacer correcciones; al contrario, felicítalo por sus avances.


- Es recomendable que exista un rinconcito dedicado a los libros, a ser posible instala una pequeña biblioteca en casa. Invita a tu hijo/a a que coloque sus libros en uno de los estantes, junto a los de las personas mayores. Enséñale a cuidarlos y valorarlos.


- Haz que tu hijo/a te acompañe en tus visitas a librerías y bibliotecas.


- Al seleccionar un libro para tu hijo/a, recuerda que el principal criterio será el placer que pueda experimentar al leerlo.


- Aunque tu hijo/a ya sea capaz de leer por sí mismo/a, no pierdas la costumbre de leerle en alta voz. A todos, aunque seamos adultos, nos agrada escuchar cuentos y versos.


- Comenta tus lecturas con el niño/a. Háblale acerca del libro que estás leyendo y pídele que él /ella te cuente, a su vez, acerca de lo que lee. Ese diálogo será muy fructífero y enriquecedor.


- Cuando el niño/a termine alguna lectura, nunca lo sometas a un interrogatorio o examen. Mejor busca un momento para conversar con él/ella sobre el libro que acaba de leer.

Y RECUERDA: Si no lees, te resultará difícil convencer a tu hijo/a de que leer es algo útil y agradable. Trata de descubrir junto a tu hijo/a el encanto de la lectura.


Para profundizar

- http://www.lasbibliotecas.net/

- http://www.amigodepapel.com/

- http://www.milcuentos.com/









jueves, 12 de marzo de 2009

La importancia del juego


“Quien no sepa aprender jugando, que intente jugar aprendiendo”

Te has preguntado alguna vez…

- Si tu hijo/a ¿tiene demasiados juguetes?

- ¿Por qué no juega con algunos de ellos?

- ¿Existen juguetes adecuados para cada edad?

- ¿Son importantes los juguetes o sólo sirven para entretener?

- ¿En que debo fijarme para comprar un buen juguete?

Si lo has hecho, lee con atención este díptico, puede que te ayudemos a buscar respuestas a todos estos interrogantes.


Sugerencias para los padres

Los niños y las niñas necesitan jugar para aprender. En los juegos, reflejan sus experiencias más próximas, sus expectativas, aprenden comportamientos, actitudes y habilidades, que irán conformando su futura personalidad. A través de ellos, se adquieren capacidades y valores que los juguetes refuerzan. Éstos no resultan en sí mismos, adecuados o inadecuados, sino que todo dependerá de la utilización que de ellos se haga.

Por este motivo, es necesario analizar críticamente, desde la escuela y la familia, los juguetes que ponemos en las manos de nuestros hijos teniendo en cuenta cuales son los más adecuados a su edad:

- De 6 a 8 años: Se aconseja el uso de cometas, carretillas, bicicletas, equipos de deporte, juegos manuales, mosaicos, coches teledirigidos, trenes, juegos de preguntas y respuestas, juegos de memoria, experimentos y cromos.

- De 9 a 11 años: Son adecuados para esta edad bicicletas, equipos deportivos, mecanos, construcciones más complejas (maquetas), juegos manuales, de estrategia, de reflexión, de sociedad, audiovisuales, electrónicos y de experimentación.

Sin olvidarnos que en esta etapa son fundamentales los juegos que implican movilidad y potencian las relaciones sociales, así como los libros que trabajan la imaginación y refuerzan los hábitos lectores a cualquier edad.

Recuerda

La elección de juguetes adecuados, en el momento oportuno, pueden potenciar la inteligencia y muchas facetas de la personalidad, tales como la afectividad y la creatividad.

Para saber más…

Hace unos años, en un país no tan lejano, una niña de unos 8 años estaba sentada en el escalón de su casa. Un viejecito que venía caminando despacito con un bastón blanco la vio allí tan aburrida que se acerco a ella:
- ¿Qué te ocurre muchachita? –dijo el anciano-.
- Que estoy muy aburrida y no sé a qué jugar.
El anciano se sentó a su lado y le empezó a contar historias de cuando él era niño, le contó que él jugaba a las canicas o con el trompo y que lo que más le gustaba era jugar con el viejo bastón de su abuelito.
Cuando el anciano se marchó se olvidó el bastó blanco de su abuelito y la niña empezó a jugar con el bastón.
Primero imagino que montaba en un gran caballo blanco que corría por el campo saltando las vallas y cruzando ríos, después que iba en una canoa india y que se iba a caer por una catarata, pero al final no le ocurría nada. También imaginó que volaba sobre la escoba mágica de una bruja…y así pasó todo el día.
A la mañana siguiente, cuando la niña jugaba con el bastón vino el viejecito y, al ver a la niña divertirse tanto, se acerco a ella. La niña al ver al anciano le acerco el bastón y le dijo:
- Se le olvido a usted el bastón ayer y se lo he estado cuidando.
El hombre le dio las gracias y le dijo sonriendo:
- Quédatelo, tú lo usaras más que yo –y se fue-.
La niña no entendió por qué le había dicho aquello, pero siguió jugando y nunca se separo del bastón.
La niña creció y un día cuando ya era muy mayor, andando por la calle con el bastón blanco, vio a un niño aburrido y triste, se acercó a él y después de contarle historias de cuando era niña, le dijo:
- Toma este bastón y ya veras como te diviertes mucho.
Entonces se acordó de lo que le dijo el ancianito y comprendió por qué a ella le hizo más falta su bastón blanco.


Para profundizar…

http://www.mundogar.com/




martes, 24 de febrero de 2009

La autoestima 2


Sugerencias para los padres

  • Cuando el niño nos pida ayuda, lo esencial es darle la sugerencia con las que solucionar el problema él mismo.
  • Destacar los progresos en los distintos ámbitos.
  • Es normal que el niño cometa errores pero no nos anticipemos para evitar el tropiezo, ni nos enfademos por ello. Lo positivo es hacerle ver que cada vez le salen mejor las cosas.
  • Tomarse el tiempo necesario para que el niño se desenvuelva solo.
  • No recordar los fracasos constantes.
  • Animarle a que lo haga una y otra vez hasta que lo consiga.
  • No utilizar palabras peyorativas para descalificarle. Por ejemplo, torpe.
  • No exagerar ni generalizar sus defectos o dificultades.
  • Se recomienda que los niños crezcan en un ambiente previsible, en el que saben lo que se espera de ellos, y donde las consecuencias de la mala conducta, son justas y proporcionadas a la acción realizada.


¿Cómo podemos ayudar a que tu hijo mejore su autoestima?

  • Parar los pensamientos negativos y cambiarlos por positivos.
  • Practicar la relajación en momentos de ansiedad.
  • Recordar y enseñar a valorar sus éxitos, sus virtudes, sin realizar comparaciones con otras personas, solo con el mismo.
  • Hacer ver el fracaso como una situación pasajera de la que se puede aprender, para mejorar la próxima vez.
  • Se aprende más con la acción que con grandes discursos.

Para profundizar:


www.bayard-revistas.com
www.familiaescolar.comhttp
www.solohijos.com